Moon Light [-Libre-]

La noche favorita del albino...luna llena y como de costumbre sus superiores sabiendo lo que ocurre esas noches le dejaban saltarse su horario de trabajo. Libre, era libre durante unas horas que serían las mejores de su movida vida. Esas noches, bajo las estrellas y la gran dama vestida de blanco sobre su cabeza bañándolo en su luz lunar, sublime.

Primer aullido de saludó a su reina albina tan hermosa como siempre, dulce, cariñosa, bella y sin ningún estorbo por en medio molestándola. En fin, una noche hermosa junto al río que hoy reposaba tranquilamente y le servía a la luna como espejo. No había nada extraño en el ambiente y nadie ni nada para alterar aquella perfección de la naturaleza. Un lobo gris perla tumbado con las patas delanteras cruzadas junto al río susurrante.

Ni un ruido se escuchaba, ni a los búhos, ni a grillos...¿o estaba demasiado pendiente de otras cosas para darse cuenta de las presencias de su alrededor? bueno...ahora aunque le atacaran por detrás ni se inmutaría. Una noche relajada va bien para uno que no deja de ''trabajar'' cada vez que cae el sol ¿verdad?

Desconocía el día de hoy pero había sabido que esa noche había luna por puro instinto, su corazón medio humano medio lobo se lo había dicho como cada vez al mes, la adrenalina no le había dejado en paz desde este amanecer y había desaparecido con el primer rayo de luz lunar.

Aah..quien estuviera cerca podía verlo si...y asustarse por ver al licántropo relajado sobre la hierba, podían dispararle y él no haría nada...hacía un tiempo que había dejado de importarle su vida desde que empezó esa dichosa deuda que parecía no tener fin, igualmente si alguna vez en su vida lograba pagarla completamente no le dejarían escapar...sus superiores se hacían rico con él.

Sabía que aparecería en ese lugar justo en ese momento.
El demonío le estaba esperando oculto entre la maleza...lo había sentido, había sentido el alma del lobo a través del alma de Arthur, que ahora estaba conectado con él mismo de manera casi simbiótica.
Un alma preciosa...el alma de un licántropo, más valiosa que las almas de un puñado de humanos, sin embargo aún no podía verla bien, debía entrar en contacto con él, debía llevarlo consigo...

Se apareció delante de él de un salto que nadie más que él mismo podría haber hecho, quedando levitando a milímetros de rozar aquellas gélidas aguas del rio.
No era necesario esconderse trás la encapuchada capa que solía portar, quería que el lobo le viese, solo con eso sabría a qué había venido a ese lugar.
- Licántropo...- le señalaba mirandole sombrío.

Cómo si caminase, llegó a la orilla despacio, quedando de pié ante aquel ser, ahora podía ver su alma con más claridad, no era tan pura cómo hubiese deseado, pero aún así la haría suya.
Alzó ambas manos y aquellas ocho cadenas que parecían surgir de su cuerpo ondearon como cobrando vida, posicionandose alrededor del cuerpo del lobo, amenazantes.- ...Por las malas...o a mi manera...élige, perrito.- Le dijo igual de sombrío pero esbozando una burlona sonrisa, hacia el albino.

Y toda esa calma casi inimaginable se agitó haciendo que el licántropo se incorporara y clavara sus orbes al individuo espectral de cabellera larga y rojiza. No se asustó pero le mostraba sus colmillos y empezaba a gruñir como advirtiéndole que se alejara de allá y que era una ''persona'' non grata. Su pelaje se había erizado al ver como las cadenas le rodeaban, amenazantes, como si se fueran a abalanzar encima de él en cualquier momento pero él no lo permitiría, no se iba a dejar capturar como un ratón por un gato.

-¿Que he de elegir exactamente si puedo saberlo?- no hablaba, no, pero se comunicaba por telepatía mandando lo que quería decir a la mente de aquel ser. Aunque no había sonido en su 'voz' se podía notar cierto grado de irritación.

Incómodo ante la situación no paraba de maldecir interiormente a aquel intruso en su noche de luna llena, como todas esas noches le gustaba que fueran perfectas pero no, precisamente esa noche parecía que estaba destinada a fastidiarle al licántropo de manera casi cruel.-No me llames perrito o te abriré la garganta.- amenazó ladrando sin apartar su mirada de él. Necesitaba estar atento al sujeto si no quería llevarse una sorpresa desagradable, tenía que tener sus cinco sentidos despiertos y su instinto lupino al máximo, si ese ser era su destino que le llevaría hacia la muerte lucharía hasta que el pelirrojo se acordara de el.

-..Je...- bajaba la vista riendo por lo bajo, los licántropos eran tan parecidos a los humanos, ambas razas tan patéticas, tan ignorantes de sus propias limitaciones y tan seguras y orgullosas de su superioridad.

- Senjareppa...hijareppa...boujareppa...- Susurraba melódico lo que parecía una especie de "conjuro" y sus cadenas reaccionaban medio segundo despues comportandose como serpientes que se enroscaban sinuosas por las patas del cánido. - Debes elegir ...si te vienes conmigo por las buenas...o si por el contrario....debo usar esto...-

Alzó un brazo haciendo que dos de las cuatro cadenas que quedaban suspendidas en el aire "acariciaron" el lomo del lobo,aquellas cadenas no eran como las otras 6, aquellas eran "especiales" para cazar almas de niños-lobo como aquel y el contacto con la plata sabía que el dolor sería insoportable para el lobo.

Humillado por la situación dejo de gruñir pero no aparto su mirada del sujeto demoníaco con gran odio que casi hacían chispear sus ojos.-No te voy a dar lo que tu deseas...- había notado el gesto de fastidio por parte del mayor, seguro que esperaba llevarse ''por las malas'' al lobo, o al menos eso pensaba Nicolas, si el demonio quería divertirse con él...que se joda.

Y entonces un duro y conocido material impacto contra su cuerpo y lo inmovilizó con facilidad pues el licántropo no respondió ni contraataco, claro que todo eso para Nicolas era humillante pero no tenía motivos ahora para sufrir sin motivo alguno, si al fin y al cabo le iba a llevar obligado o voluntariamente Nicolas no quería hacer la charla más larga y también tenía curiosidad por saber el porqué había venido allá el pelirrojo y sobretodo ¿Que quería de él? Nunca lo había visto en su vida ¡Nunca! no le debía dinero ni nada, él único motivo que podía tener sería relacionado con su padre pero... le parecía inimaginable la idea, vamos, su padre no se juntaba con demonios que el supiera.
Cuando estuvo cerca del rostro del otro si que soltó un gruñido más bien para fastidiarle que como una amenaza, ya no servía de nada quejarse.

Estuvo callado todo el camino, el demonio no le hablaba y el tampoco quería hablarle a no ser que le hiciera una pregunta directa o le hablara, mantenía los ojos entrecerrados casi durmiéndose pero no, temía no despertar. Y sin esperarse aquello el pelirrojo saltó y el lobo perla se sobresaltó por el movimiento gimiendo con temor y queja, las cadenas le hacían daño y no podía negar que no estaba del todo seguro allí arriba con un desconocido que iba armado con cadenas. Ya a los siguientes saltos se acostumbró pero le seguía resultando extraño y no paraba de mirar a todos lados con lo poco que se podía permitir de movimiento.

Con la poca luz que había y la luz luna se vislumbraba una silueta que le sonaba..parecía una iglesia, pero era mucho más grande así que tendría que ser una de esas hermosas catedrales llenas de santos y cruces, aquella en cambio no era bella, llevaba ya un tiempo abandonada y no tenía la usual luz que solían tener las catedrales...¿Porqué el demonio se dirigía allí? ¿Sería su hogar? curioso....

[-Cerrado-]